domingo, 20 de junio de 2010

Ella.

Hoy la he visto, la he mirado a los ojos, y me ha gustado más. No lo había hecho hasta ahora, perdía el tiempo en otras cosas. Podría mentir, decir que lo primero que vi fue a ella, pero no lo fue, vi sus labios, su pecho, su cuerpo, y me imaginé todo lo demás. Pero hoy la he visto de verdad, la he visto a ella, y me ha gustado más.
Me encantaría decírselo, contárselo, y sobretodo, recordárselo. Puede que no pidiera mucho a cambio, seguramente me conformaría con que me hablara  al oído, pero temo no tener nunca suficiente.
Le miraré muy fuerte, quizás, con suerte, ella me pueda ver a mi.
Muérete Flanders.

3 comentarios:

  1. no te enamores, hijo de puta, ahora no

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  2. Vaya, parece que han saltado las alarmas en más de un sitio.
    Tranquilizarse, que es una entrada de un blog, sólo la entrada de un blog.

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  3. ÉL

    Él podría no ser más que eso, un pronombre. 3ª persona del singular. Es más, ¿quién te dice que él sustituye efectivamente a él no a este otro?
    Él apareció, como emana el sol por la mañana, como algo que esperas pero que no sabes exactamente cuánto brillará. Y me dijo: “¡hola!” y otras muchas palabras que me quiso regalar.
    Él, de vez en cuando, como si de un rayo fugaz pero inmóvil se tratase, supo mostrarse sin acercarse, hacerse ver sin descubrirse. Entonces era cuando era el auténtico él.
    Pero él se equivocó, desafiando su esencia, sin ser consciente de que no es posible ir contra natura. Y ella lo siguió, detrás de él, pensando que iba delante. Ahora él creía que ya no era él, aunque ella continuaba creyendo que era ella. Sin embargo, él supo no ser él por un tiempo; ilusionándola a ella y, probablemente, ilusionándose él. Él y ella eran felices, aunque él lo negará y ella lo olvidará.
    Él se fue sin ser capaz de decir adiós o hasta siempre. Pero, claro, eso sólo lo sabe él. Ella intentó respetarlo, sin olvidar sus palabras. Sin embargo, él sí supo hacerlo. Si él las dijo por decir, esta vez se equivocaba. Él se estará dando cuenta de que hay que tener mucho cuidado con lo que la boca pronuncia por si acaso viene una como ella y lo interpreta literal. Y es que él no supo que no alejarse implica permanecer.
    Él le pide que se lo tome con calma, pero ella está cansada de serenidad. Él optará por deducir que se equivocó, que ella no era ella ni tan lista como parecía; él estará en su derecho de reflexionar sobre lo que le plazca y obtener las conclusiones que mejor encajen con sus objetivos.
    Él no sabrá solucionar esto y ella tampoco podrá. Resulta sorprendente, por edad o madurez, que él y ella actúen como críos y, además, tan bien. Creo que él y ella no se guardarán rencor porque, sencillamente, no pueden hacerlo; pero él seguirá interpretando al él y ella aún no dejará de ser ella, gritando a los cuatro vientos que él es, además de una incertidumbre, una bellísima persona.
    Él pensará que esto va por él pero, después, recordará que el mundo es muy grande, que hay libertad de expresión y que esto sólo es una entrada.

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