jueves, 1 de julio de 2010

La verdad amarga.

Amigo, compañero, camarada: la verdad amarga. La verdad si es dulce, no es verdad, es dulce, pues la verdad amarga.
Amarga desde el momento que sabes que la verdad se acaba, que muere y morimos, y que convivimos con ella. La verdad puede ser bella, pero la verdad es amarga. A nosotros nos toca endulzarla, pero jamás pintarla, taparla, sólo un necio tapa una verdad amarga. La verdad está ahí para transformarla, no para disfrazarla, ni para esquivarla, está para asumirla, aprender de ella, para usarla.
La verdad es una herramienta revolucionaria camarada,  amigo, la verdad está para cambiarla, pues la verdad es lo real, y lo real eres tú.
No hay más piedra en el camino, pues no hay más camino que el tu dibujes. Asumir esa verdad, es el primer paso, para transformarla.
Camarada, compañero, amigo, la verdad amarga, de ti y de mi depende, que podamos, en lo posible, sustituirla, reemplazarla.
Muérete Flanders.

* Para Juan,  por sus conversaciones, sus apoyos y los míos, por sus lamentaciones y las mías.

El fallo.

Quizás es en esos momentos cuando llevo razón. Quizás consigo verlo todo más claro, más exacto. Quizás me niego a creer que la cordura la tengo cuando la genero artificialmente, que durante el resto del tiempo vivo en una semi-ignorancia, en una inocencia. Aunque quizás todo sea producto de mi necesidad por buscarle los tres pies al gato, siempre incisivo, siempre insuficiente, siempre cruel conmigo mismo.
No consigo determinar cuándo llevo razón, si ahora o en el otro momento. Si en el estado natural, o en el artificial, o si por el contrario, el artificial no es más que una apertura más profunda hacia el natural. Objetivamente he tenido grandes ideas, pero en cuanto se refiere a mí, hacia mí mismo, suelo ver lo peor, me desanimo, me quiebro.
No sé determinar qué es producto de mi consciencia, y qué lo es de una paranoia generada artificialmente, y esto me preocupa. Me preocupa no saber tomar las decisiones necesarias, pues no se cual es mi análisis cierto, no se cual es el verdadero, si el que creo que es verdad, o el que sospecho que lo es.
Contigo me pasa lo mismo, tengo dos posiciones enfrentadas, aunque las dos determinan lo mismo. Había una tercera vía, más positiva, inocente, pero ya apenas la contemplo.
Ahora sólo me centro en buscar el fallo, porque se que lo hay, lo siento. Cuando lo encuentre, si es que lo hago, no intentaré cambiarlo, será parte de mi, pero habré aprendido algo.
Muérete Flanders.