jueves, 1 de julio de 2010

La verdad amarga.

Amigo, compañero, camarada: la verdad amarga. La verdad si es dulce, no es verdad, es dulce, pues la verdad amarga.
Amarga desde el momento que sabes que la verdad se acaba, que muere y morimos, y que convivimos con ella. La verdad puede ser bella, pero la verdad es amarga. A nosotros nos toca endulzarla, pero jamás pintarla, taparla, sólo un necio tapa una verdad amarga. La verdad está ahí para transformarla, no para disfrazarla, ni para esquivarla, está para asumirla, aprender de ella, para usarla.
La verdad es una herramienta revolucionaria camarada,  amigo, la verdad está para cambiarla, pues la verdad es lo real, y lo real eres tú.
No hay más piedra en el camino, pues no hay más camino que el tu dibujes. Asumir esa verdad, es el primer paso, para transformarla.
Camarada, compañero, amigo, la verdad amarga, de ti y de mi depende, que podamos, en lo posible, sustituirla, reemplazarla.
Muérete Flanders.

* Para Juan,  por sus conversaciones, sus apoyos y los míos, por sus lamentaciones y las mías.

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