Si no tienes de qué hablar, habla de fútbol, si no sabes de fútbol, habla de coches, si no sabes de coches, no hables. Prefiere no hablar, y menos de política, a menos que sea para insultar. Si sabes insultar, hazlo.
Las reglas del pueblo son claras: no destaques, no opines, no pienses; asume o destruye. No hay medias tintas en el pueblo. La duda es debilidad en el mundo de los fuertes, y la fuerza es cuantitativa.
Cuando comprendas esto, sabrás, por qué cuando me dicen pueblo, me suena a triste, me suena a jaula.
Muérete Flanders
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